Era un viernes muy normal en Paris. Julián acababa de aterrizar,
dispuesto a tomar unas clases de diseño por el verano, estaba emocionado y
feliz, listo para aprender todo lo que pudiera
para así traer esas nuevas ideas a su casa Maison Finch para la
colección 2016. Estaba caminando por las Tuilleries cuando de repente en una
banca vio a una mujer muy parecida fiscamente a Coco Chanel, se acercó y le
dijo- ¨no se si le han dicho esto, pero usted
se parece mucho a Coco Chanel¨ ella sonrió y le dijo- ¨claro que me parezco,
porque soy ella¨. El no podía creerlo y le dijo- ¨me puedo sentar a su lado un
rato¨ ella dijo- ¨adelante, siéntate¨. El rápidamente le contó que era un
diseñador Colombiano, pues tenía miedo que desapareciera de un momento a otro.
Julián le dijo- es difícil ser diseñador en Colombia, yo hago cosas muy
diferentes a todo el mundo, me considero un rebelde empedernido, y mucha gente
no lo entiende. Por esta razón no he recibido el apoyo suficiente para ser más
exitoso¨, ella sonriente le contesto ¨tranquilo querido que eso no solo pasa en
Colombia, eso pasa en todo el mundo, yo también fui una rebelde total en mi
época, impuse cosas que no se usaban y cree cosas inexistentes y muchos pero
muchos, me criticaron y se burlaron de mí, hasta que un día todo exploto, sin
lugar a dudas eso te puede pasar a ti¨ Julián un poco más confiado le contesto-
¨no hay nada que yo quisiera más, lo que pasa es que siento que la gente no me
entiende y critican mis cosas, incluso sin conocerlas, a veces he llegado a
pensar si debo empezar a hacer ropa más clásica que se venda más¨- Coco le dijo
con rabia- ¨no se te vaya a ocurrir cambiar tu estilo, solo porque la gente no
lo entiende, ese sería el peor error, porque no serias feliz trabajando y eso
haría todo un desastre¨- Julián muchísimo más confiado le contesto- ¨tienes
toda la razón yo tengo que trabajar por mis sueños, por lo que más amo y no
puedo dejar que las opiniones de los demás me afecten. Haberte encontrado aquí
siento que fue un milagro, gracias por tus palabras, sin duda tocaré corazones
haciendo lo que me gusta hacer. Mil gracias Coco por tu rebeldía y por tus
palabras¨- cerro los ojos y los volvió a abrir y ella no estaba allí, nunca
supo que había pasado, pero si le quedo la idea de que debía trabajar por lo
que quería y por lo que le gustaba.
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